Características
Hablar de Lleida es hablar de vino. Las bodegas que forman la Ruta elaboran sus vinos bajo la certificación de la Denominación de Origen (DO) Costers del Segre. Dividida en siete subzonas, esta zona productora vela por la calidad de unos vinos procedentes de viñas que crecen en tierras calcáreas, bajo un clima mediterráneo de aire continental, con inviernos fríos y cálidos veranos.
Costers del Segre es una Denominación de Origen singular repartida en 7 diferentes subzonas, agrupa a la gran mayoría de las viñas de la provincia de Lleida, es pequeña al agrupar solo a 30 bodegas embotelladoras, y grande por su extensión, un territorio amplio y disperso que nos lleva de sur a norte, desde la última sierra del Montsant, con viñedos a 750 metros, hasta el Pirineo con viñas a más de 1.000, extendiéndose desde las sierras de Cervera hasta poniente de la provincia. Tierras calcáreas de llanos, cerros y montañas modeladas por un clima entre mediterráneo y continental, de amplios contrastes entre el día y la noche, con inviernos muy fríos y veranos calientes.
Costers del Segre es multicultural y multiconceptual debido en gran parte a la extensión y dispersión de su territorio y a la diversidad de sus paisajes y microclimas, lo que ha propiciado la gran capacidad de adaptación de las múltiples variedades plantadas en los últimos 40 años, aportando un potencial mayor para enriquecer a sus embotellados.
La filosofía innovadora y la mente abierta de la denominación tiene su reflejo en el gran trabajo en las viñas, en la diversidad de sus vinos, en sus magníficas y osadas etiquetas, en el trabajo de investigación y conocimiento proyectado en el futuro, y en su vocación exportadora, siendo reconocida por la crítica internacional por la calidad de sus elaborados y por el dinamismo que desprende.
Sus vinos, por sus diferentes virtudes, tienen la capacidad de cubrir todo el espectro que necesita una carta de vinos, mostrando la singularidad de cada uno de sus territorios.
Tintos: Elegantes, profundos, afrutados, tánicamente integrados, de buena capa.
Dominio de las uvas tempranillo, cabernet sauvignon y merlot, con un incremento importante en los últimos años de sirah y garnacha.
Gran diversidad de botellas, tanto de varietales como de ensamblajes multivarietales, en su mayoría de crianza en barrica.
Vinos de alta expresividad por la cantidad de matices que nos aportan, siendo amplios en aromas, afrutados, minerales, equilibrados, amables y persistentes en boca, no exentos de potencia.
Blancos: Vinos complejos, amplios, expresivos y persistentes.
Por un lado, destaca el gran trabajo realizado en variedades como chardonnay, sauvignon blanco, albariño o riesling consiguiendo vinos complejos, afrutados y glicéricos, variedades que durante los últimos años acompañan a la reivindicación y resurrección del macabeu como uva de gran valor, que aporta cuerpo, estructura, equilibrio y crema a múltiples ensamblajes dentro de la DO.
También destaca el trabajo hecho en barrica con muchas de sus variedades, creando una serie de vinos de gran riqueza cromática, serios, plenos, complejos y estructurados, con cuerpo, que mejoran con una cierta guarda en botella.